Sobre eso hemos hecho un ejercicio que nos explicaba que antes de ponernos a hacer el trabajo, nos paráramos a pensar qué es lo que queremos decir, cómo lo queremos decir y de cuánto tiempo disponemos para ello. Cómo queremos que sea la información, si queremos mucha cantidad o poca, si la queremos más fiable o menos...
En el momento en que nosotros, los alumnos, aprendamos a saber elegir bien la información y redactarla de una forma coherente, habremos dado un gran paso y realizaremos mejores trabajos, de eso no cabe ninguna duda.
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